We were lucky to catch up with Ana Porras recently and have shared our conversation below.
Hi Ana, thanks for joining us today. Have you been able to earn a full-time living from your creative work? If so, can you walk us through your journey and how you made it happen? Was it like that from day one? If not, what were some of the major steps and milestones and do you think you could have sped up the process somehow knowing what you know now?
Desde que recuerdo, cuando vivía en mi ciudad en Colombia, Medellin, siempre sentí un interés por el maquillaje y todo lo que relacionaba la belleza, recuerdo siempre salir del colegio y visitar un nuevo negocio que habían inaugurado en la ciudad, se llamaba “cromantic” y sigue vigente, esta fue de las pioneras tiendas de venta de maquillaje profesional y gastaba todo el dinero que me daban para ir al colegio, para comprarme maquillaje.
Empece experimentando con los productos, maquillándome como dos veces al dia, utilizaba productos como Beauty Creation, Mac, Nars, Naileen, Vogue y otras de esos años que no recuerdo.
Practicaba en mi mejor amigo, lo que ese considera hoy en dia la linea de gato, para mi en ese entonces simplemente era delineado. Y ese fue mi encuentro de amor con el maquillaje desde que recuerdo.
Una vez llegue a New York en el año 2018, empece a trabajar a lo que llegamos la mayoría de los inmigrantes, en restaurante, mi primer trabajo fue en Cositas Ricas, restaurante colombiano ubicado en la Roosevelt, allí la mayoría de mis compañeros de trabajo, eran mujeres, y al entender el poder adquisitivo que tiene este país, empece a comprar maquillaje de calidad con las propinas que me ganaba, puedo decir que con lo que me ganaba en 5 horas, podía comprar lo que me tardaba 3 meses para comprarlo en Colombia.
Recuerdo tomar una primera clase de automaquillaje con una maquilladora que me recomendaron aqui en New York y asi empieza con mas fuerza mis ganas de aprender el arte de maquillar, le ofrecía a mis compañeras de trabajo que fueran a mi casa, y que yo las maquillaba cada vez que sabia que iban a salir de fiesta o cosas asi.
Trabajo maquillando con la unica luz del baño de mi apartamento, con muy poco maquillaje y sin lograr entender muchas cosas, iba hasta las casas en bus, tren, caminando. Y empece a montar fotografías de las primeras personas que maquillaba por pura pasión, simplemente me sentía demasiado orgullosa del resultado, y me empezaron a recomendar con otras personas, lo que da un comienzo para empezar a cobrar por el arte que estaba realizando en ese primer año de estar en este país. Cobraba de 25 dólares a 35 dólares si tenia que ir hasta la casa. Empece a inscribirme a capacitaciónes presenciales y Masterclass que hacían en New York, y a invertir mucho mas en este arte y mi conocimiento.
Luego de aproximadamente dos años, entre estar trabajando en restaurantes y por hobbie el maquillaje. Llega la pandémia a la ciudad y nos encierran a todos. Pero para mi ese fue el momento perfecto para invertirle todo mi tiempo a mi pasión que era maquillar y crear videos de tutoriales que montaba a mi perfil de Instagram. Afortunadamente este tiempo de la pandémia, me ayudo demasiado a capacitarme con profesionales a nivel internacional que impartieron mil cursos vía Online, y para mi como inmigrante sin poder salir del país, era una bendición poder educarme de tal forma.
Cuando empezaron a abrir nuevamente la ciudad, y empezó la sociedad a volver a moverse, ya habían varias personas en Instagram que empezaron a seguirme por mi contenido, y me pedían citas para sus eventos sociales. y sucesivamente se iban sumando mas y mas personas, hasta que no vi la necesidad de volver a trabajar en restaurantes sino invertir mejor mi tiempo en lo que realmente amo, que es este arte que Dios puso en mis manos, y ha sido lo que me ha abierto caminos para salir adelante y formar lo que ahora es un mi baby business como le digo yo. Me ayudé en ese tiempo con otros ingresos, haciendo desinfecciónes, domicilios, y trabajos que me permitían flexibilidad de tiempo para poder seguir trabajando con maquillaje y mis clientas.
Llego un punto en que la industria de la belleza me permitió también emplear a mi Madre, Claudia Sierra, que actualmente es mi socia, amiga, maestra y compañera. Es la encargada de los peinados, una industria que en lo personal, tengo mucho respeto y no es que sea mi fuerte. Al tener a mi madre con este arte también en el equipo, abrió un mundial de oportunidades para obtener mayor flujo de clientes. Y fue allí, el punto en que todo cambio, porque tanto ella como yo, llegamos al punto de poder vivir y trabajar únicamente de esta industria, y gracias a Dios puso en nuestro camino, clientes fieles y hermosas en el camino.
Ahora contamos con un espacio en una terraza de Astoria, con tres puestos, y un lugar que nos permite también bendecir a otros con espacio para fotografía, bronceo (temporada de verano) y muchas otras cosas que ya ofrecemos.

Awesome – so before we get into the rest of our questions, can you briefly introduce yourself to our readers.
Soy Ana Porras, Maquilladora Profesional, inversionista y emprendedora creativa con base en Nueva York, pero mi historia va mucho más allá del título.
Entré al mundo de la belleza como una búsqueda personal y pasión. Por muchos años, lidié con inseguridades, que ahora entiendo, dudas internas, y batallas silenciosas que pocas veces se ven desde afuera. En un momento de mi vida en el que sentía que había perdido el rumbo, el maquillaje se convirtió en mi refugio. A través del arte empecé a reconstruirme. Lo que comenzó como un acto de sanación personal, pronto se transformó en una vocación que me permitió acompañar también a otras mujeres en sus procesos de transformación.
Hoy, gloria a Dios, contamos con un estudio de maquillaje y peinado en Astoria, Nueva York, donde mi equipo y yo, no solo embellecemos rostros, sino que regalamos experiencias. Hemos trabajado con novias, mujeres reales que desean sentirse radiantes en momentos importantes, y también con figuras públicas, artistas e influencers reconocidos en la industria.
He colaborado en la creación de looks para videos musicales, sesiones editoriales y campañas que han tenido presencia nacional. Cada proyecto creativo que he tocado es una extensión de mi historia, una forma de traducir emociones a través de este arte.
Pero no todo ha sido lineal. Emprender como mujer, migrante y artista ha significado romper muchos techos internos y externos. Me ha tocado aprender a poner límites, a valorarme, a crecer en medio de la presión y a sostener mi energía cuando todo parece inestable. En ese camino, descubrí otra parte de mi, la empresaria, la inversionista, la mujer que ya no solo crea para sobrevivir, sino para expandirse, invertir en otras mujeres, y construir legado.
Lo que me distingue es que no maquillo para esconder, maquillo para revelar. Cada rostro para mi es un mapa, una historia, un universo. Trabajo desde la energía, el respeto y la autenticidad. Por eso, más allá de servicios, ofrezco conexiones reales.
Estoy orgullosa de cada transformación que he presenciado, de cada clienta que ha llorado de emoción al verse, de cada estudiante que ha dicho “ahora sí creo en mí”, y de cada paso que me ha costado, pero que me ha hecho más fuerte y resiliente.
Mi misión es que cada mujer que entre en contacto con mi arte ya sea en mi estudio, en una clase, o a través de una pantalla, recuerde que la belleza no es solo lo que ves, es lo que sientes. Y si en ese proceso puedo inspirar, sostener o transformar, entonces estoy exactamente donde debo estar.

We’d love to hear the story of how you built up your social media audience?
Construir mi audiencia en redes sociales ha sido un viaje orgánico, pero muy consciente. Nunca compré seguidores ni forcé el crecimiento; lo que hice fue tratar mi presencia digital como una extensión seria de mi negocio. Para mí, las redes no son solo una vitrina de belleza, son una herramienta de conexión, posicionamiento y comunidad. Siempre he visto este negocio como un centro comercial, y visualizo mi red social como el local al que entra uno caminando por el centro comercial, y asi mismo trato que mis post, reels e historias sea lo que quisiera yo que se viera en un local fisico.
Fui extremadamente disciplinada. Me comprometí con mi contenido como si fuera parte de mi rutina de trabajo: planifico, creo, publico, mido y ajusto. Esa constancia fue clave, pero también aprendí que la intuición es tan importante como la estrategia. Escuché a mi audiencia, leí que necesitan y que disfrutan, vi qué temas encendían una conversación real y qué momentos necesitaban más presencia y menos perfección.
Uno de los aprendizajes más valiosos ha sido entender que el contenido no se trata solo de mostrar lo que haces, sino de crear momentos de reconocimiento emocional. La gente se queda cuando siente que le hablas a ella directamente. Y eso requiere vulnerabilidad y profundidad, no solo estética.
Las colaboraciones me han ayudado muchísimo, pero no todas las colaboraciones valen la pena. Aprendí a elegir trabajar con artistas, influencers o marcas que realmente compartieran mi visión. Cuando eso ocurre, el contenido fluye, la energía se multiplica y la comunidad lo siente.
Aquí les comparto algunos consejos que no se dicen lo suficiente, pero que para mí han sido clave:
1. Publica como si ya tuvieras la audiencia que sueñas. No esperes a tener 10k seguidores para actuar como experta: esa energía atrae.
2. Observa en silencio tanto como creas contenido. Analiza lo que está pasando en tu industria, lo que la gente necesita ver o sentir. A veces la clave no está en hacer más, sino en observar mejor.
3. Edita con intención, no con exceso. Un reel puede ser simple, pero si tiene una historia o una emoción, se queda en la mente. El algoritmo te puede mostrar, pero es la emoción lo que retiene.
4. Crea contenido que tú misma consumirías cuando estás dudando de ti. Eso genera conexión real.
5. Documenta, no solo produzcas. Deja que te vean en proceso, en crecimiento, incluso en caos. Ahí es donde nace la comunidad de verdad.
La audiencia que construyes cuando eres honesta contigo misma y con tu arte, es la que se convierte en embajadora silenciosa de tu marca. No necesitas miles de personas mirando, necesitas personas que crean en ti incluso cuando tú misma estás aprendiendo a hacerlo.

How about pivoting – can you share the story of a time you’ve had to pivot?
Hubo una etapa clave en mi vida de esas que marcan un antes y un después, en la que me tocó empezar literalmente desde cero. Tengo un testimonio muy hermoso, y esque oraba constantemente a Dios por un lugar que me permitiera separar mi negocio del hogar, que fuera iluminado, bien ubicado, con vista a la ciudad, buen parqueadero y que aceptaran mascotas, y sin estar buscando o preguntando, recibí un mensaje de texto de una cliente ofreciéndome el espacio en el que actualmente tenemos nuestro negocio. Y es exactamente asi como se lo pedí a Dios y hasta mas.
Me mudé en un momento de mucha incertidumbre, con sueños grandes pero recursos limitados. Pero segura de la voluntad De Dios, tenia mi visión clara y lo que humanamente debía hacer para lograrlo. sin garantías, y sin experiencia previa, decidí apostar por mí misma y tener demasiada Fé.
Tuve que aprender a pedir. A tocar puertas. A negociar. A solicitar préstamos con miedo, pero con la convicción de que estaba construyendo algo más grande que yo. Con cada formulario, cada llamada al banco, cada “no” que recibía, crecía también mi determinación y mi fe.
Lo más desafiante fue enfrentar algo para lo que no estaba preparada: diseñar y ejecutar una infraestructura física para nuestro estudio. No tenía experiencia en construcción, ni en diseño de espacios, ni sabía cómo coordinar algo asi. Pero ahí estaba, tomando decisiones estructurales, eligiendo materiales, pidiendo ayuda, y visualizando cada detalle del lugar que nos soñábamos. Desde el color de las paredes, hasta el tipo de iluminación, los espejos, el flujo del espacio, o hicimos todo con nuestras propias manos, recursos y visión. A veces con ayuda, a veces mi mama y yo. También estuvieron personas que ahora son muy importantes en nuestra vida.
Aprendí en el proceso que no se necesita tener todo resuelto para comenzar. Se necesita voluntad, intuición y una fe que no se compra. Ese espacio que construímos paso a paso, se convirtió en mi refugio, mi escenario y nuestro templo creativo.
Hoy, cuando una clienta entra y me dice “qué lindo está tu estudio”, no tiene idea de lo que representa. No es solo un lugar de trabajo. Es el resultado de cada decisión valiente que tomé cuando más miedo sentía.
Contact Info:
- Instagram: https://www.instagram.com/annaamakeup/

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Jordan Cortes

